Uno de los atractivos del periodo estival son las fiestas patronales y populares que se celebran en la mayoría de los pueblos y ciudades españolas. Casi siempre, especialmente en el Levante, estas celebraciones van acompañadas del sonido de los petardos o los fuegos artificiales. Aunque son utilizados por personas de todas las edades y en general no provocan situaciones de alarma, es muy conveniente tomar una serie de precauciones para evitar que la fiesta se convierta en tragedia o, al menos, para reducir al máximo las posibilidades de un suceso desagradable o un buen susto.

La Fundación Ambuibérica quiere aprovechar la proximidad de estos festejos para dar algunos consejos de seguridad sobre el uso de petardos y concienciar sobre los peligros que conlleva una utilización negligente.

Consejos de utilización
Para no provocar situaciones de peligro, se debe evitar:
  • Guardar artículos pirotécnicos en los bolsillos, pues pueden explotar con el calor cercano.
  • Exponer la cara o algún miembro del cuerpo sobre o delante de cualquier artificio de pirotecnia.
  • Disparar los cohetes voladores cogidos de la mano, con la varilla rota o en lugares con evidente peligro de incendio.
  • Lanzar fuegos artificiales en lugares próximos a líquidos inflamables u otros materiales que desprendan vapores que exploten con facilidad.

Para una mayor seguridad, la fundación deHTG, grupo de transporte sanitario líder en España, recomienda:

  • Encender las mechas de petardos y cohetes por su extremo, para disponer de tiempo para retirarse del artículo prendido
  • Fijar en algún agujero o en un tiesto con tierra o arena las candelas romanas que no estén provistas de mango especial.
  • Utilizar soportes especiales o lanzadores para los cohetes voladores.
  • No tocar hasta pasados 30 minutos un artículo que ha fallado al prenderlo. Conviene inutilizarlo, dejándolo toda la noche en remojo.
  • Cerrar puertas y ventanas cuando se estén lanzando cohetes y petardos en la calle para evitar incendios.

Un consejo final: Sé responsable y cuando estés manipulando petardos ten cuidado de cómo y dónde lo haces. Antes, analiza los daños directos que pueden infligir los restos durante las explosiones, así como las molestias y situaciones de estrés que puedes generar a otras personas, así como a animales y mascotas, a los que puedes provocar ataques de pánico.